El Plenario legislativo aprobó, en segundo debate, el Convenio sobre la igualdad de oportunidades y de trato entre trabajadores y trabajadoras: trabajadores con responsabilidades familiares (Convenio 156).
“Este convenio es una buena noticia para el país, pues se trata una herramienta fundamental para reconocer las responsabilidades familiares de las personas trabajadoras y la importancia que, desde el punto de vista laboral, se tomen en cuenta esas necesidades”, manifestó la diputada del Partido Acción Ciudadana (PAC), Nielsen Pérez Pérez.
El convenio compromete a cada país firmante a incluir, entre los objetivos de su política nacional, el de permitir que las personas con responsabilidades familiares que desempeñen o deseen desempeñar un empleo ejerzan su derecho a hacerlo sin ser objeto de discriminación y sin conflicto entre sus responsabilidades familiares y profesionales.
El compromiso adoptado por el Estado beneficiaría principalmente a las mujeres, pues son la población más afectada por responsabilidades familiares. Si bien en las últimas décadas un importante porcentaje de población femenina ha ingresado al mercado laboral para asumir responsabilidades económicas en el hogar, no ha sucedido la misma colaboración con las tareas de cuidado dentro de la familia. Dicha situación se traduce en una recarga para las mujeres que puede traducirse en “doble jornada”.
Los datos de la Encuesta Continua de Empleo demuestran que el Estado debe adoptar mayores medidas para contribuir a la igual plena de las mujeres en el campo laboral. Las mujeres registran una tasa de desempleo superior a la de los hombres. En el primer trimestre del año de cada 100 personas en la fuerza de trabajo, 13 mujeres buscaban trabajo y solo 8 hombres necesitaban de una oportunidad laboral. Además, muchas de ellas deben abandonar sus trabajos por obligaciones personales, como el cuido de hijos, personas enfermas o adultos mayores.
Otro dato que demuestra las profundas brechas entre hombres y mujeres lo brinda la Encuesta Nacional de Uso del Tiempo del año 2017. Dicho instrumento reveló que hay diferencias muy marcadas sobre el trabajo doméstico no remunerado: Las mujeres le dedican un 21,3% de las horas semanales mientras los hombres únicamente un 8,2%.
“Entre más hijos e hijas tengamos y entre más corta edad tengan, son más las dificultades para insertarse en el mercado laboral. Además, en muchas ocasiones, somos nosotras las que debemos ocuparnos de miembros de nuestras familias que padecen de algún mal de salud o discapacidad. Por ello, es necesario avanzar en una mejora de las condiciones de acceso al trabajo de las mujeres”, puntualizó la diputada del PAC.
El convenio incluye una serie de recomendaciones, como la adaptabilidad de horarios laborales para las personas con responsabilidad familiar, la necesidad de involucrar a los hombres en el cuido de las niñas y los niños y la creación de licencias parentales posteriores a la licencia por maternidad, que puedan ser solicitadas tanto por mujeres como por hombres.
Un convenio como este contribuye a construir igualdad en la sociedad, pues reconoce la necesidad de la compatibilización del trabajo asalariado con la vida familiar para hombres y mujeres.